Estas últimas semanas estuve muy ocupado, y hasta ahora puedo publicar esto. Ya esta semana pasada tuve más tiempo, entonces pude leer bastante. Empecé a leer The Silk Road, de Peter Frankopan. Es un libro que básicamente cuenta una historia de la humanidad tomando la ruta de la seda, en el centro asiático, como eje. Es muy interesante, pues además de narrar la historia de una esquina del planeta que conozco solo vagamente, cuestiona mucho la visión del mundo que hasta ahora he tenido. También comencé a leer Los errantes, de Olga Tokarczuk. Me está gustando mucho. Me parece brillante. La escritura es muy bella y todo lo que dice tiene una enorme profundidad. No he podido evitar pensar en la Odisea mientras la leo. Es una novela del movimiento, lo fragmentado, el devenir. Desde que la inicié pensé que, si le tuviese que poner un adjetivo, sería “heraclitea”. De verdad, una obra genial.
El primero de los artículos de esta semana es un fragmento de un libro que explora la ansiedad desde una perspectiva filosófica. Luego, hay un ensayo que es una reflexión genial sobre el talento, o más bien, sobre la carencia de talento y su rol en la radicalización política. Está interesantísimo, y me pareció un análisis muy creativo. El siguiente es sobre una reflexión que hace Susan Sontag sobre la paz, y sobre todo, cómo nos referimos a la paz en el discurso cotidiano. Además, hay un artículo sobre imágenes, fotografías y el mundo natural. Habla de lo que yo considero que es uno de los rezagos de un pasado ritual en la fotografía: tomamos fotografías para recordar. Porque cuando tomamos una fotografía, la gran mayoría del tiempo no es con una mera intención de archivar. Queremos recordar y ver lo recordado. En esta práctica veo algo de algún culto a los ancestros ya extinto o metamorfoseado. Y en el caso de este artículo, vemos la combinación de este querer recordar con la naturaleza. Por último, hay un artículo que habla de cómo las obras escritas por Shakespeare eran, y son, comprometidas y populares al mismo tiempo, y cómo este balance es casi inexistente en muchas obras de nuestro tiempo. Dejando de lado la irrepetibilidad de Shakespeare, me parece una reflexión importante.
Entre los textos en inglés, el primero es de Annie Ernaux, que nos habla del rol de la biblioteca pública de Rouen en su primera formación. Me gustó mucho. Siempre me parece interesante el tema de la educación o formación de una escritora, pero en este artículo hay mucho más que eso. Se sintió como leer un capítulo de una novela. Luego, hay un fragmento muy interesante sobre un libro del filósofo Michael Sandel acerca de la meritocracia. Me parece impresionante su habilidad para poner en palabras tan claras sus argumentos. Se siente muy sencillo de leer, pero las ideas están siempre ahí con toda la fuerza. Luego, hay un ensayo sobre la medición del tiempo que es filosófico, histórico y autobiográfico al mismo tiempo. Está genial, y muy interesante. Disfruté mucho al leerlo. El siguiente es un artículo de Olga Tokarczuk. Es, en corto, una reflexión que parte de una novela de Leonora Carrington y termina hablando del potencial feminista de la eccentricidad. Me parece impresionante su capacidad de unir y conectar ideas y datos que a simple vista parecen tan dispersos, y darles a todos una coherencia que siempre revela algo oculto, que no veíamos del mundo. Por último, hay un artículo sobre el consumismo, que ofrece la perspectiva de que el problema no es que nos encanten las cosas, sino que no las apreciamos lo suficiente. Es un consumo que no nos alimenta, que no nos nutre. Vemos las cosas como reemplazables y no les tenemos ningún tipo de aprecio. Pero esto no tiene por qué ser así.
Gracias por leer y espero que lo disfruten. Sin más, a los ensayos…
lo que leí esta semana:
Con el apoyo de las voces de pensadores como Kierkegaard, Freud, Heidegger o Derrida, Stefano Micali desarrolla nuevas categorías para comprender la ansiedad y ofrecer un análisis de sus rasgos principales.
Los románticos imaginaron mayor igualdad y armonía en el remoto pasado de la prehistoria. Es más fácil igualar a los seres humanos en la ignorancia que en la ilustración.
No sorprende que Susan Sontag eligiera referirse, en su discurso de recepción del Premio Jerusalén, a la “conciencia de las palabras”. Las palabras, sugiere, no son mero material de trabajo: no son ladrillos neutros, cemento transparente, herramientas sin resonancias. Son sobre todo portadoras de múltiples significados que sirven para construir realidades.
¿Puede el arte ser popular y comprometido a un mismo tiempo?
Sinfonías vegetales a través de la imagen
Dos exposiciones en París se centran en el mundo vegetal mediante planteamientos que proponen cambiar nuestra perspectiva antropocéntrica en busca de un diálogo más inclusivo e imaginativo con el mundo natural
y cinco más…
Rouen’s Municipal Library, 1959–1964 (or, The Formative Years)
If it hadn’t been for a philosophy classmate at the Lycée Jeanne-d’Arc, I never would have entered the municipal library. I wouldn’t have dared.
Toppling the myth of meritocracy
Not merely self-deluding, Michael Sandel argues in excerpt from new book, it also fuels our divisiveness
During the pandemic I picked up the Catholic missal of my childhood, and it made me think again about its function: marking the passage of time.
The first time I read Leonora Carrington’s The Hearing Trumpet, I knew nothing about its author, so I had the incredible experience of coming to this short novel in a state of innocence
The problem with our society is not that it values material things too much but that it doesn’t value them enough
y una entrevista…